lunes, 14 de julio de 2008

Paseando por mis nubes

Señorita, disculpe
¿viaja usted sola?
Pues si, o mejor , no , viajo con mi Nikon , mi Moleskine y con mis lápices de colores.
( bueno y con ropa de abrigo ,mucho abrigo en la Patagonia en el mes de Julio no puedes andarte con tonterías)

Viajar así es como si miraras el mundo desde fuera, como si todo fuera una obra de teatro…., y yo la única espectadora.

Emprender un viaje sola supone romper con nuestro grupo de referencia, nuestro rol, el papel y el lugar que ocupamos en la vida. Hay momentos en los que necesitamos de esta definición, pero también existen otros en los que queremos despojarnos de estos límites para alcanzar algo de libertad.

Ya lo decía el poeta Kafavis “ las ciudades se llevan dentro …..no existe, no es posible la huida..” por lo tanto consideraré esta pequeñísima e improvisada locura no como una huida sino como………….. una búsqueda .

6 comentarios:

@rafaelobrero dijo...

Joé! has tardado en fardar de Nikon!
y si embargo, ni una foto de ná para los acólitos huérfanos (por poco tiempo espero)!

Ala, disfruta.

.

Montse dijo...

Hola... Por fín! Tita somos nosotras y queremos muchas fotos. Felíz patagonia. Besititos.

makikose dijo...

Hola¡ somos la familia kikose, espero que nos hayas llevado contigo a vivir esta VALIENTE aventura, aquí los peques te desean un buen paseo, Ah¡ y que les traigas un helaito.
TE QUEREMOS

sehace dijo...

Este si que si¡¡me encanta que hables de ti! me encanta saber de ti¡¡¡ un pedazo de blog el tuyo¡¡¡ un besazo¡

Montse dijo...

Hola Tita....Tita.... traete los perritos, a Rita y a Loyel.
Nos alegra la alegría de tu alma. Traela a casa, compartámosla y no la dejes escapar nunca. Felíz regreso.

Nuria Sepúlveda dijo...

Me ha encantado compartir contigo este viaje, me parece que viajar es siempre una forma de encontrarse y creo que tú has aprovechado a tope esta oportunidad.
Me alegro.
Besazos.

Mi cuento

Zanahoria, huevo o café?

Una hija se quejaba con su padre acerca de su vida y lo difíciles que le resultaban las cosas. No sabía cómo hacer para seguir adelante y creía que se daría por vencida. Estaba cansada de luchar. Parecía que cuando solucionaba un problema, aparecía otro.
Su padre, un chef de cocina, la llevó a su lugar de trabajo. Allí llenó tres ollas con agua y las colocó sobre fuego fuerte. Pronto el agua de las tres ollas estaba hirviendo. En una colocó zanahorias, en otra colocó huevos y en la última colocó granos de café. Las dejó hervir sin decir palabra.
La hija esperó impacientemente, preguntándose qué estaría haciendo su padre. A los veinte minutos el padre apagó el fuego. Sacó las zanahorias y las colocó en un tazón. Sacó los huevos y los colocó en otro plato. Finalmente, coló el café y lo puso en un tercer recipiente. Mirando a su hija le dijo:
- "Querida, ¿qué ves?"
-"Zanahorias, huevos y café" fue su respuesta.
La hizo acercarse y le pidió que tocara las zanahorias. Ella lo hizo y notó que estaban blandas. Luego le pidió que tomara un huevo y lo rompiera. Luego de sacarle la cáscara, observó el huevo duro. Luego le pidió que probara el café. Ella sonrió mientras disfrutaba de su rico aroma. Humildemente la hija preguntó:
"¿Qué significa esto, padre?"
El le explicó que los tres elementos habían enfrentado la misma adversidad: agua hirviendo, pero habían reaccionado en forma diferente. La zanahoria llegó al agua fuerte, dura; pero después de pasar por el agua hirviendo se había vuelto débil, fácil de deshacer. El huevo había llegado al agua frágil, su cáscara fina protegía su interior líquido; pero después de estar en agua hirviendo, su interior se había endurecido. Los granos de café sin embargo eran únicos; después de estar en agua hirviendo, habían cambiado al agua.
"- ¿Cuál eres tú?", le preguntó a su hija. "Cuando la adversidad llama a tu puerta, ¿cómo respondes? ¿Eres una zanahoria que parece fuerte pero que cuando la adversidad y el dolor te tocan, te vuelves débil y pierdes tu fortaleza? ¿Eres un huevo, que comienza con un corazón maleable? ¿Poseías un espíritu fluido, pero después de una muerte, una separación, o un despido te has vuelto duro y rígido? Por fuera te ves igual, pero ¿eres amargado y áspero, con un espíritu y un corazón endurecido?
¿O eres como un grano de café? El café cambia al agua hirviente, el elemento que le causa dolor. Cuando el agua llega al punto de ebullición el café alcanza su mejor sabor. Si eres como el grano de café, cuando las cosas se ponen peor tú reaccionas mejor y haces que las cosas a tu alrededor mejoren.